En memoria de don Ciro González Quintana (02.03.1929 - 27.07.2004)

Ciro Alberto, como profesor recorrió gran parte de nuestra región de Aysén ejerciendo en varias escuelas movido por su vocación de servicio y profundo interés en el desarrollo cultural de las comunidades en las que le correspondió ejercer, destacando su ejercicio como docente en la escuela F19, actualmente "Nieves del Sur" de Coyhaique, además de escuelas rurales como Valle Simpson, Lago Polux, Villa Amengual y otras localidades en Chiloé.

Don Ciro inicia su vida en el conocimiento de nuestra fé al ingresar a estudiar en el Seminario Conciliar de Ancud, como alumno laico.

Sus inicios en el trabajo comunitario de iglesia se arrastraran desde comienzos de la década de los 70 cuando integra junto a su esposa, doña Verena, diversos grupos y movimientos cristianos.

Integra en Chiloé la pastoral de Catequesis Familiar en la ciudad de Ancud hasta fines del año 1978, por cambiar su residencia al retornar a nuestra región de Aysén con el objeto de acompañar a su anciana madre, doña Rosa Quintana Mansilla.

Acá en Aysén se integra a nuestra comunidad cristiana en ese entonces asesorada por el Rev. P. Damián Caldonetto, donde su principal labor la ejerció como catequista pre-matrimonial.

Integra el grupo de AMICAT Coyhaique y paralelamente en todas las escuelas donde impartió docencia dictó la asignatura de religión.

Los últimos años de su vida los dedicó tanto a su vocación como profesor nivelando estudios de adultos, como en su participación en nuestra comunidad donde realizó Catequesis Familiar, junto a su esposa.

Hoy, en nuestra capilla, continua su labor de entrega de la fe como catequistas: su esposa doña Verena, como coordinadora de nuestra área de catequésis y catequista pre-bautismal, su hija, Celicia como catequista de jóvenes de confirmación y su nieto Juan Ramón, como catequista de niños de primera comunión.

Este pasado domingo 26 de Julio, le hemos recordado especialmente en la Santa Misa, hemos orado por su descanso eterno, y agradecido por su incasable labor de transmitir la fe.